También es recomendable que dentro del grupo exista, ademas del coordinador, un equipo de trabajo. Nuestro Dios es un Dios de Orden, de igual manera en el Ministerio de Música debe haber un orden. El primer aspecto de éste es que exista una cabeza o coordinador responsable del buen funcionamiento del grupo. El responsable es el encargado de todo el funcionamiento del grupo, mas esto no significa que el deba de hacer todo. Malo es cuando es él el que lleva los micrófonos, lleva los instrumentos, afina las guitarras, dirige los cantos, discierne los cantos, pone las sillas, recoge las cuotas, organiza los eventos del grupo, etc., etc. etc.

Todos los que pertenecen al grupo deben de tener un trabajo práctico que realizar para su buen funcionamiento y no nada mas dedicarse a cantar y/o a tocar.

Este orden comienza con los aspectos musicales como las voces (primera, segunda, barítonos, bajos, encargados de cada instrumento) pero se extiende también a los aspectos prácticos como son Oración, Formación, Discernimiento de cantos, Organizadores de eventos, Tesorería, etc.

Yo debo llegar al grupo no con la idea en la mente de que ya esta todo listo para que yo cante, sino pensando en que puedo ayudar a los demás hermanos.

Estos puestos pueden existir en la medida que el grupo crezca en compromiso y en miembros que puedan tener los dones para desempeñar cada uno de ellos.

Otro aspecto que es bueno que exista es un Consejo, en el cual se deben tomar las decisiones que afecten al Ministerio, allí se deben de discutir todos los aspectos del grupo. Este consejo debe estar formado por varios integrantes incluyendo al responsable y las decisiones allí tomadas deben de ser de común acuerdo y pensando siempre en que sea lo mejor, lo que edifique, lo que una. No es democrático o por votos, es en el Señor y en el Espíritu Santo. Dicho consejo debe reunirse cada mes o cada que sea necesario.